el doctor Ángel López Cantos, profesor de la Universidad de Sevilla y especialista en la Historia de América, publicó un libro en torno a este fascinante personaje, quien nació en el San Juan de Puerto Rico de 1674, muriendo allí mismo en 1743
La madre de Miguel Enríquez, Graciana, fue una ex-esclava. Su padre, cuya identidad no se conoció con precisión, era un hombre blanco vinculado a los altos estamentos de la sociedad sanjuanera de la época. Dada su condición de mulato, Miguel Enríquez pasó sus años de juventud como un zapatero, un ciudadano más, sin importancia, en el Puerto Rico colonial de la época. No obstante, y aparte de su inteligencia natural, contó con una ventaja invaluable para esa época: aprendió a leer y a escribir. Una coyuntura histórica, que él supo aprovechar gracias a la conexiones que cultivó en el gobierno colonial español y a su talento innato, le abrieron las puertas a la grandeza.
El poderío español en el Caribe se encontraba en proceso de erosión, ante su incapacidad para impedir que otras potencias europeas, tales como Inglaterra, Francia y Holanda, se apoderasen de las Antillas menores e incluso de otras más grandes, como Jamaica y Trinidad. El asedio de los enemigos de España contra las restantes colonias hispánicas en el Caribe, Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico, obligó al gobierno español a depender de los llamados corsarios o guardacostas, que no eran otra cosa que ciudadanos privados que ponían sus embarcaciones al servicio de la Corona, prestando vigilancia y apresando buques enemigos en las aguas caribeñas, para luego repartirse las ganancias con el gobierno. Miguel Enríquez fue uso de esos que se hicieron corsarios.
Miguel Enríquez logró lo imposible para un mulato de su época: llegó a ser uno de los hombres más acaudalados, temidos e influyentes del Caribe del siglo XVIII. Existe evidencia que permite sospechar, aunque no confirmar, que el padre del corsario pudo ser el obispo de San Juan o algún prelado de la época. Entre los datos que han llevado a López Cantos a formular dicha teoría figura el hecho de que Miguel Enríquez contó siempre con la protección de la Iglesia. Además, tenía un nivel educativo muy superior al de sus compatriotas, pues era de las pocas personas de su condición social en la isla que sabían leer y escribir.
ResponderEliminarEn el caso de Enríquez, el autor argumenta que, a juzgar por la calidad de la educación que recibió, tuvo que ser formado por alguien tenía un nivel muy alto de escolaridad y que también sentía cariño por él. El corsario poseía una excelente caligrafía y un manejo perfecto del castellano, producto de largos años de aprendizaje. Además, dominaba el latín. Dado que su madre había sido esclava, difícilmente pudo ser ella quien le educara. Sus servicios eran varios. Además de ser armador de corso, Enríquez fungía de prestamista al pagar de su bolsillo los gastos del Gobierno cuando el situado no llegaba y ponía sus naves a la disposición de los funcionarios y las autoridades eclesiásticas que tuviesen que viajar. También brindaba servicios de guardacostas. De hecho, su flota defendió con éxito la isla de Vieques en un intento de Inglaterra de conquistarla.
ResponderEliminarNo obstante, no se libró de tener enemigos. Las clases altas de la isla nunca perdonaron que un mulato como él fuese tan poderoso y acaudalado, ni mucho menos que lograra conseguir el título de Caballero de la Real Efigie. Lo persiguieron sin piedad, logrando que fuese enjuiciado en más de una ocasión por contrabandista. Incluso llegaron a despojarle de su fortuna.
el libro de Angel Lopez Cantos, ‘”Mi tio, Miguel Enriquez”. La historia esta escrita como si fuera una carta que Miguel Enriquez le esta escribiendo a su sobrino desde el Convento de Santo Tomas, en San Juan, donde se encuentra asilado para evitar ser apresado por el gobernador de turno. Es una historia sumamente interesante.
ResponderEliminarPedro Vicente de la Torre fue otro corsario boricua. En sus actividades corsarias reunió una gran fortuna, mas no gozó nunca del poder ni la fama de Enríquez. Trató de conseguir un título nobiliario, pero no se le concedió, a pesar de ser blanco y criollo. Según se cree, la alta sociedad de la Isla no estaba dispuesta a aceptar que un contrabandista gozara de tantos privilegios.
ResponderEliminar1718; Los ingleses, que habían ocupado el vacío dejado por los franceses en la isla de Vieques, son expulsados por un barco y dos goletas propiedad del corsario portoriqueño Miguel Henríquez, enviados por el gobernador de Puerto Rico: el gobernador británico Abraham Wells no ofrece resistencia y los edificios son incendiados, incluido el fuerte y los campos de maíz, caña, algodón y tabaco, arrasados.
ResponderEliminarEnríquez recibió de Felipe V de España la Medalla de Oro de la Real Efigie, fue nombrado Capitán de mar y guerra y recibió una patente real de corso. Felipe V de Borbón, llamado el Animoso (Versalles, 19 de diciembre de 1683 – Madrid, 9 de julio de 1746), fue Rey de España desde el 16 de noviembre de 1700 hasta el 15 de enero de 1724
ResponderEliminarhttp://www.vozdelcentro.org/2007/04/01/miguel-enriquez-el-primer-gran-heroe-nacional/
ResponderEliminarEntrevista de Angel Collado Schwarz al escritor español Angel López Cantos sobre la vida de Miguel Enríquez.