Capitán Juan Francisco Bodega y Quadra, Marina real, hacia 1785. Viste el uniforme de gala de la Marina Real .
A fines del siglo XVIII el Imperio Ingles acechaba todos los dominios españoles en América, entonces Bodega y Quadra es puesto en la defensa de los mares del norte, una zona geopolítica estratégica. Se cuenta que el marino puso dos condiciones para aceptar la misión; construir una nave capaz de enfrentar al clima y a los ingleses y que esta debía ser construida en el Perú , por la privilegiada madera peruana y sus hábiles constructores. Así nació “La Favorita”, una nave que salió del Callao en 1779 rumbo a los mares del norte.
Esta expedición llego hasta la latitud 70º, al tocar la costa de lo que hoy es la provincia de British Columbia (Canadá), fundo una pequeña población a la que llamo Córdoba y otra que aún lleva el nombre de Valdez y al encontrar aun grupo de ingleses en el lugar los apreso y expulso, esto determino que Inglaterra declarara la guerra a España.
La situación de España en Europa era complicada y no pudo como esperaba contar con el apoyo de Francia, entonces tuvo que ceder a los ingleses lo ganado por el valiente peruano, los limites se redujeron el paralelo 61 al 48, o que hoy es la actual frontera entre Estados Unidos y Canadá ( entonces trazada por el marino limeño como los limites entre España e Inglaterra).
Para cumplir el tratado, ambas potencia enviaron a sus marinos más prominentes, Inglaterra mando al capitán George Vancouver y España al capitán Juan de la Bodega y Quadra , lo que sigue es una historia de caballerosidad y diplomacia, el marino peruano se hizo amigo del ingles y lo agasajo con toda la riqueza de la comida criolla peruana , gracias a nuestra gastronomía España consiguió ventajas territoriales ante un enemigo poderoso, en un gesto de amistad el navegante limeño agrego el nombre de Vancouver a la isla descubierta , llamándola Bodega y Vancouver (paradójicamente solo sobrevive el nombre ingles), después no dudo en plantar la bandera de España en la isla, pero por la presión de Londres, España tuvo que ceder dicha posición, algo que el navegante peruano no llego a ver porque murió en México en 1794 victima del escorbuto. Su muerte causo gran desazón en la tripulación del Discovery el barco de Vancouver, en su diario el capitán ingles escribió: “ Esta inesperada noticia opero en mi y en mis hombres una tristeza tal que es más fácil imaginarla que describirla”
El marino peruano es hoy reconocido en Canadá como el gran explorador del siglo XVIII, incluso una escuela de la Armada Canadiense lleva su nombre, al igual que una de las vías más importantes de la ciudad de Victoria. En el Palacio Legislativo de la Columbia Británica hay un mural donde aparece estrechando la mano de Vancouver, en una muestra de caballorisidad que casi cien años después Miguel Grau haría proverbial.
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