martes, 19 de abril de 2011

19 de abril de de 1797 La invasión británica a Puerto Rico

Amanecieron las fragatas bloqueadoras en los mismos términos que el anterior. Se preparó una goleta para que aprovechando la obscuridad de la noche, saliese con pliegos para la Habana, noticiando el estado de sitio de la plaza, y pidiendo socorros de todas clases para salvarla del crítico en que se hallaba, y para hacer en su caso una vigorosa defensa.

El fuego que en la noche anterior hicieron el castillo de S. Gerónimo,
puente de S. Antonio y gánguiles, no solo estorbó los trabajos que emprendió el enemigo, sino que les mató é hirió porcion de gente. De los heridos se pudo coger uno que lo estaba mortalmente y examinado por el ingeniero D. Ignacio Mascaró, averiguó que era aleman, granadero al servicio de Inglaterra, que habia desembarcado aquel dia de la escuadra, de la que estaban en tierra como tres mil hombres, conceptuando que toda la fuerza de operaciones seria de seis mil; no pudo seguir la declaracion por el estado de las heridas, y remitido á la plaza murió en el camino.

Una de las fragatas que se mantenia bloqueando el puerto se acercó bastante al castillo del Morro aunque fuera de tiro,
echò la lancha al agua con bastante gente, y se puso á reconocer la punta de la isla de Cabras y castillo del Cañuelo, sondeando aquellos parages. El Morro hizo fuego para evitar hiciese otro reconocimiento, lo que se logró en efecto retirándose la lancha precipitadamente á la fragata. El castillo de S. Cristóbal y algunas de las baterías hicieron tambien fuego á aquel buque.


Para contener cualquiera desembarco que de resultas de este reconocimiento intentara el enemigo en la inmediata noche por punta Salinas, salió de la plaza el teniente coronel D. Isidoro Linares con cincuenta hombres,
para que con ellos y la gente que fuese llegando de los partidos, formara un campo volante y se colocase con él en el punto que fuera mas adecuado segun los movimientos que observase en los enemigos.Visto el buen efecto que hacia el fuego de los gánguiles situados en Martin Peña, se mandó de refuerzo á aquel punto un ponton de los que estaban á la boca del puerto, para que molestase mas á los contrarios. Se reforzó el castillo de S. Gerónimo con un obus y las correspondientes municiones.De Rio Piedras avisaron la llegada de 400 hombres de los partidos inmediatos, y se previno que 200 se trasladasen inmediatamente á la ciudad, y que los restantes se quedasen en aquel punto para resistir y rechazar las hostilidades que los enemigos pudieran intentar por aquella parte. Tambien se recibió parte de que una partida de 20 á 30 enemigos habian pasado por el sitio de Baña Caballos, y saqueado los ingenios inmediatos de Giral y O'Daly en los puntos de Puerto nuevo y S. Patricio.

Una partida de negros de Loisa,
aprendió dos soldados alemanes que se habian adelantado por aquella parte y fueron remitidos á la Capital. En la mochila de uno de ellos se halló un papel con el nombre de un vecino de la ciudad, lo cual obligó al general á que tomase precauciones con los estrangeros, para evitar las inteligencias que pudiera haber en perjuicio de las Reales armas.

Entraron en la Plaza doscientos cincuenta y un hombres de los partidos de Toa-baja y Rio Piedras, y como no hubiese sido recibido el dia anterior el parlamentario que fué á llevar el pliego constestando á la intimacion, salió en este dia para el navìo Comandante á hacer su entrega.

1 comentario:

  1. La invasión británica a Puerto Rico de 1797. Relato tomado de "Memorias geográficas, históricas, económicas y estadísticas de la isla de Puerto Rico" Tomo 3, escritas por Don Pedro Tomás de Córdoba en la década de 1830. http://www.fortunecity.com/victorian/churchmews/1216/Invasion1797.html

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