sábado, 12 de septiembre de 2009

CHENG I SAO

Los padres de Cheng I Sao la vendieron a un proxeneta cuando tenía 5 años. En 1801 se casó con un corsario descendiente de una de las dinastías de piratas más célebres del mar de la China. Cuando su marido murió, asumió el mando de los seis escuadrones que componían la flota pirata. La viuda exigía una completa disciplina a la tripulación, incluso redactó una legislación en la que decretaba que si un pirata intentaba establecerse por su cuenta se le perforarían las orejas, si reincidía, el castigo sería la muerte.
Era buena estratega y en un enfrentamiento entre sus barcos y los del Gobierno del Imperio ordenó que solamente una parte de la flota les hiciera frente, el resto atacaría por la retaguardia cuando estuvieran en plena batallla. Ante la imposibilidad de derrotar la poderosa flota pirata, el Imperio Chino decidió desarticularla convenciendo al jefe de la escuadra negra para que desertase y entregase 8000 hombres, 160 barcos, 500 cañones y 5.600 armas y a cambio el gobierno le daba dos pueblos y un lucrativo cargo gubernamental.

La pirata viuda negoció un armisticio y los piratas se convirtieron en marineros. Murió en 1844.

Exrtraído de la revista Sàpiens, núm. 37

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