martes, 26 de abril de 2011

26 DE ABRIL DE 1797 La invasión británica a Puerto Rico

Al amanecer del 26 se observaron los buques del bloqueo y la escuadra sin novedad particular. Una de las fragatas habia dado fondo por la noche á la inmediacion de Punta-salinas; las cañoneras
destinadas á aquel punto estuvieron en observacion de sus movimientos, y por la madrugada dieron caza á uno de sus botes, que estuvo muy espuesto á ser apresado si la fragata no lo hubiese protegido con el fuego de metralla.
El artillero Ortega que en la tarde anterior habia desmontado al enemigo un cañon de la batería del Condado, observó lo habian vuelto á poner en batería y que hacía estragos su fuego en el costado del puente, se propuso inutilizarlo, y á los pocos disparos tuvo el mejor éxito, por lo que le premió el General con diez pesos. A pesar de hallarse contuso este artillero no quiso separarse de la batería continuando su servicio.
Se habia observado durante el dia anterior que el enemigo trataba de posesionarse como se ha dicho del punto de Miraflores, y tanto para reconocer sus trabajos con este objeto, como para hacerle el daño posible, salió por la noche D. Pedro de Còrdova con el sargento de milicias Rafael Garcia y setenta negros armados en varias piraguas sostenidas por cañoneras; precedida la descubierta hicieron su desembarco en el muelle de Mira-flores, y habiendo reconocido todo el campo libre,
fueron abanzando hácia las trincheras enemigas con ánimo de clavarles algunas piezas si lograban una sorpresa; pero fueron sentidos y sufrieron una descarga de fusilería á que correspondió la partida, mas no conceptuando el comandante bastante disciplina y arreglo en su gente la retiró con el posible orden al almacen de pólvora; reunidos allí y observando que no los habia perseguido el enemigo volvieron á avanzar hasta encontrarse con un cuerpo de 300 infantes, 30 caballos y 2 piezas de campaña, cuyos fuegos obligaron á los nuestros á retirarse con pérdida de 10 muertos y 5 heridos. Las cañoneras sostuvieron el reembarque de nuestra tropa que lo verificó con pérdida de 4 muertos y 10 heridos en los buques.
El enemigo trataba de colocar una batería en Miraflores, cuyos fuegos podrian enfilar la tropa de la lìnea del trincheron abanzado á las obras exteriores del castillo de San Cristobal. Para resguardar esta parte se mandò construir un espaldon que no solo llenase este objeto, sino que proporcionase ofender á los trabajadores en Mira-flores y estorbar la construccion de obras; y se pusieron corrientes un mortero en el caballero de San Cristòbal y el de la plaza de armas, como igualmente toda la artillería de á 24 hasta la batería de Pedro Martin, cuyos fuegos se dirigen á el referido Miraflores. Se colocaron igualmente dos gánguiles con el mismo objeto, para que desde la bahia dirigiese el uno sus fuegos por la enfilada á la batería enemiga, y el otro á la entrada del caño de Martin-Peña para que ofendiesen al sitiador por la espalda. En todo el dia fué muy vivo el fuego que hicieron los fuertes de San Gerónimo, San Antonio y baterías flotantes, que contestó el enemigo con lentitud. La debilidad de la batería del puente apenas podia resistir la del enemigo,
causando mucho trabajo el continuo reparo de su puerta. Su comandante activaba la formacion de la batería del Sur con sacos de arena, que era batida por la del contrario. En el puente se colocò una canoa para recoger los desertores que solian presentarse.
Por la tarde dieron caza varios buques de la escuadra á un bergantin que se avistò por el Norte, sin saberse á que nacion correspondia. Una de las fragatas hizo la misma maniobra que en la tarde anterior sobre el castillo de San Gerónimo, pero se viò obligada á retirarse de sus fuegos.

En la Puntilla se trazó y diò principio á una batería para ofender mas de cerca á cualquiera lancha enemiga que pudiese introducirse en la bahia.

Al recorrer la lìnea el brigadier teniente rey D. Benito Perez, fué herido gravemente su caballo. El teniente coronel D. José Vizcarrondo y el ingeniero D. Ignacio Mascaró, fueron contusos. Tuvimos en la línea 4 muertos, 18 heridos y 2 contusos: de los primeros 2 de marina y 2 urbanos, y de los heridos 1 de artillería, 4 del fijo, 5 de marina, 5 urbanos y 3 franceses, y los 2 contusos del fijo.
En la plaza entraron 15 prisioneros y desertores, entre ellos un sargento de artillería que desde la batería enemiga se pasó á nuestra línea y dió razon de las que tenian los contrarios que eran las dos espresadas del Condado y Rodeo, la de morteros detrás de la casa de teja y otra tambien de morteros entre esta y la del Condado. Declaró que el fuego de nuestra primera lìnea causaba bastante daño á los sitiadores. Entró en la plaza en este dia la compañia de caballería de Añasco.

1 comentario:

  1. La invasión británica a Puerto Rico de 1797. Relato tomado de "Memorias geográficas, históricas, económicas y estadísticas de la isla de Puerto Rico" Tomo 3, escritas por Don Pedro Tomás de Córdoba en la década de 1830. http://www.fortunecity.com/victorian/churchmews/1216/Invasion1797.html

    ResponderEliminar